Las figuras individuales cuyos nombres están escritos en el mandala también se interpretan como representantes no en sí mismas como personajes históricos o legendarios, sino de la realidad inherente original del practicante. Por ejemplo, el Honzon sando soden , una transmisión de la escuela Fuji , habla de los dos Budas, Sakyamuni y Muchas Joyas, que aparecen en el Sutra del Loto y cuyos nombres flanquean la inscripción central del daimoku en el mandala de Nichiren. En la interpretación de Chih-i del Loto, se dice que estos dos Budas sentados uno al lado del otro en la estupa enjoyada representan la no dualidad, realizada en la práctica meditativa, de la verdad del objeto de contemplación (kyo, representada por Muchas Joyas) y la sabiduría por la cual se conoce (chi, representada por Sakyamuni). El Honzon sando soden apropió esta lectura de la siguiente manera:
¿Qué es la no dualidad del objeto y la sabiduría? Es precisamente el ciclo de nacimiento y muerte que los seres vivos hemos experimentado desde el pasado sin principio hasta el presente... Muchas Joyas, al haber entrado ya en el nirvana, representa la muerte. Sakyamuni, al no haber entrado aún en el nirvana, representa el nacimiento... Muchas Joyas representan el aspecto de la muerte en nuestras repetidas muertes, y Sakyamuni representa el aspecto del nacimiento en nuestros nacimientos sucesivos. Los dos Budas sentados en la estupa representan precisamente el nacimiento y la muerte, y también la muerte y el nacimiento. Esta unidad de nacimiento y muerte es el gran nirvana, que es no nacido e imperecedero.
Fuente: La Ilustración y la Transformación del Budismo Japonés Medieval, de Jacqueline Ilyse Stone. (Estudios sobre Budismo de Asia Oriental 12) University of Hawai'i Press: Honolulu. 1999. págs. 331.
